“Mi filosofía es no aburrirme y buscar siempre cosas nuevas para tocar”

BLOG ⚫ 05/12/2015
Daniel “Pipi” Piazzolla se toma unos minutos antes de su próximo ensayo para explicar el origen de Transmutación, el último disco de su trío, y reflexionar sobre la actualidad del jazz nacional. “Cada vez más los músicos de jazz somos más importantes y más respetados dentro de lo que es la escena musical. Se acude a nosotros por ideas o por algún aire nuevo. La verdad es que veo muy bien a este momento”.




El baterista de Escalandrum y Pipi Piazzolla Trío, que además integra conjuntos como Esteban Sehinkman Trío, Nicolás Sorín Octeto, Lucio Balduini Cuarteto, Mariano Sivori Sexteto y Cirilo Fernández Trío, es uno de los grandes impulsores del género en la escena nacional. Con la meta de no aburrirse como forma de vida, el nieto del compositor de tango y bandoneonista argentino Astor Piazzolla integra seis conjuntos musicales con identidades distintas. Eso le ha valido la obtención de múltiples distinciones a lo largo de su carrera: en 2012 fue nombrado músico del año y su grupo Escalandrum ganó el Premio Gardel de Oro, galardón que otorgan los representantes de la industria musical nacional agrupados en CAPIF, y hace unos pocos días recibió el Premio Konex a la Música Popular en la categoría “Conjunto de Jazz”. En la primera incursión literaria de su vida, editó en 2010 el libro de batería llamado Batería contemporánea.

Este año presentaste Transmutación. ¿Qué puntos en común y qué diferencias notás con el álbum anterior, Arca rusa?
Lo que traté de expresar es un grupo más maduro, con las ideas más sintéticas, más claras. Le di prioridad a la melodía con una clara representación rítmica en cada tema. En Arca Rusa era, si se quiere, todo un poquito más salvaje. Cosa que estuvo buena también. Pero en este caso en particular quería que estén más ordenados los conceptos y que lo más importante sean las melodías.

Es habitual escuchar a artistas invitados en tus producciones. ¿Cómo definís a quiénes invitás y a quiénes no?
Es una cuestión de afinidad. Por lo general, son músicos que yo conozco, que tengo buena onda y se da. No invito a cualquiera porque sí. Simplemente se da por una relación musical y sobre todo humana. Así es como van surgiendo las cosas.

¿A la hora de componer también trabajás con otros músicos?
El proceso de composición es individual. Lo que sí después sucede es que aparece el tema a la hora del ensayo y ahí lo vamos modificando según la visión que tiene cada uno.

Y en ese proceso de composición individual, ¿qué rol ocupa la batería?
Yo compongo con el piano. Básicamente no soy un tipo que esté muy atado a ritmos predeterminados. Siempre me hallo en melodías y tal vez bases de bajo o acompañamientos de acordes. A partir de ahí voy metiendo mi blues de manera espontánea. Todos los shows los toco diferentes porque es lo que siento en el momento. Compongo desde el piano y en la batería ni pienso. Cuando queda el tema hecho ensayamos y ahí meto lo que me va pareciendo que es lo apropiado.

¿Qué tipo de música escuchás cotidianamente? ¿Te salís del jazz para explorar otros géneros?
Escucho mucha música todo el tiempo y he escuchado todos los géneros. Estuve años escuchando funk todo el día: desde la mañana hasta la noche. Estuve años escuchando salsa y música brasileña. Ahora lo que escucho es mucho jazz del de antes y jazz moderno y cosas que pasan en la actualidad.

Formás parte de varios conjuntos. ¿En cuál te sentís más cómodo y más libre para crear?
Me siento muy cómodo haciendo música cuando se toca con dinámica, la música acústica que se puede tocar sin enchufar y en la que los instrumentos suenan realmente como son. Es con la que mejor siento. A nivel estilístico, todos los grupos en los que estoy me gustan, sino no estaría. Mi filosofía es no aburrirme y buscar siempre cosas nuevas para tocar.

¿En qué momento sentís que está el jazz argentino hoy?
Está en un momento muy bueno. Fijate que la mayoría de los grupos de jazz de hoy toca música original, cosa que antes no pasaba. Antes, todo el mundo tocaba standards. Cada vez hay más lugares para tocar, cada vez hay más festivales: en Salta, Santiago del Estero, Córdoba y en la Ciudad de Buenos Aires hubo conciertos en simultáneo. Eso no es poca cosa.

En cuanto a la parte comercial, ¿qué pensás de las nuevas formas de escuchar música en internet y cómo escuchás vos?
Me llevo bien. Me considero un tipo muy maleable en ese sentido. Hay que adaptarse a la época. Yo escucho discos en Spotify, CDs en el auto y vinilos en mi estudio. Hago todo, me adapto. Creo que al jazz le conviene estar en todos lados. Tal vez a una estrella mundial de rock no tanto, pero son las reglas del juego.

Sos un fanático del fútbol e hincha de River. ¿Eso ocupa algún rol a la hora de tocar?
No, no tiene nada que ver. Están muy separados. Una de las cuestiones importantes que me da el fútbol es la pasión por algo, tener unos colores que me representan, poder ir a la cancha y desconectarme un poco de lo que es la música. Voy a la cancha y ni pienso en música. Es lo único que me desconecta. Es una cosa mágica. Es una de las razones por las cuales vivo en Argentina.